Xin Jing y Zhao Wen son pareja desde 2007. Tenían 21 años cuando se conocieron en la peluquería de Shanghai donde trabajaban. Xin lavaba cabezas y él cortaba el pelo. Pronto, como hacen 600 millones de chinos de forma habitual, comenzaron a enviarse mensajes al móvil. «Nada especial, tonterías para conocernos mejor», recuerda ella. No tardó en saltar la chispa. Como cualquier otro internauta chino, y suman ya más de 380 millones, los fines de semana chateaban a través del popular servicio de mensajería instantánea QQ, y a la noche evitaban las miradas escrutadoras de sus padres conectándose desde la cama con el móvil. En tres meses comenzaron a salir juntos, y dos más tarde ella perdió la virginidad. «Me gustó», reconoce Xin con una naturalidad poco habitual en China.
Al cabo de un tiempo, Xin y Zhao decidieron introducir nuevos elementos en su vida sexual, como subir el tono de sus SMS. «Algo para romper la monotonía. Me gustaba hacerla ruborizar, y ella se excitaba en el trabajo», comenta el chico. Cuando estaban separados recordaban sus momentos más íntimos con mensajes elevados de tono, una práctica conocida como 'sexting'. Y luego decidieron acercarse a uno de los 4.700 sex shops de Shanghai: «En el sexo hay que jugar, y todo vale si está consentido». No en China.
Xin y Zhao lo descubrieron al verse forzados a comprar DVDs pornográficos en el mercado negro, ya que todo contenido sexual que no tenga una finalidad educativa o artística está prohibido en el país de Mao. Nada de sexo en internet. Lo ordenó el Gobierno de Pekín hace unos meses, cuando comenzó su cruzada contra las páginas web en las que se pueden ver fotografías y vídeos demasiado explícitos como para convencer a los censores chinos de su valor educativo.
Pero, a partir de ahora, Xin y Zhao no sólo tendrán que seguir inspirando sus fantasías sexuales en películas japonesas que obtienen de forma ilegal. Deberán buscar otra forma de excitarse a distancia porque China Mobile, el mayor operador de telefonía móvil del mundo -cuenta con 508 millones de clientes y tramita 1.700 millones de mensajes cortos al día- ha comenzado a cortar la línea de aquellos que envían SMS «indecentes o de contenido sexual explícito». En la ciudad de Xin y Zhao, China Mobile ya ha inhabilitado unos 70.000 terminales, y pronto harán lo mismo las demás empresas. La medida responde al requisito introducido por el Ejecutivo de Pekín para 'limpiar' las comunicaciones. Los dirigentes del Partido Comunista dicen estar preocupados por el aumento del 'sexting' entre jóvenes y adolescentes. Para evitarlo, han redactado una lista de palabras clave con la intención de que las operadoras detecten los SMS ilegales y corten el servicio a los infractores. Sólo podrán recuperar su línea aquellos que acudan a la Policía para «verificar el contenido de los mensajes».
Al cabo de un tiempo, Xin y Zhao decidieron introducir nuevos elementos en su vida sexual, como subir el tono de sus SMS. «Algo para romper la monotonía. Me gustaba hacerla ruborizar, y ella se excitaba en el trabajo», comenta el chico. Cuando estaban separados recordaban sus momentos más íntimos con mensajes elevados de tono, una práctica conocida como 'sexting'. Y luego decidieron acercarse a uno de los 4.700 sex shops de Shanghai: «En el sexo hay que jugar, y todo vale si está consentido». No en China.
Xin y Zhao lo descubrieron al verse forzados a comprar DVDs pornográficos en el mercado negro, ya que todo contenido sexual que no tenga una finalidad educativa o artística está prohibido en el país de Mao. Nada de sexo en internet. Lo ordenó el Gobierno de Pekín hace unos meses, cuando comenzó su cruzada contra las páginas web en las que se pueden ver fotografías y vídeos demasiado explícitos como para convencer a los censores chinos de su valor educativo.
Pero, a partir de ahora, Xin y Zhao no sólo tendrán que seguir inspirando sus fantasías sexuales en películas japonesas que obtienen de forma ilegal. Deberán buscar otra forma de excitarse a distancia porque China Mobile, el mayor operador de telefonía móvil del mundo -cuenta con 508 millones de clientes y tramita 1.700 millones de mensajes cortos al día- ha comenzado a cortar la línea de aquellos que envían SMS «indecentes o de contenido sexual explícito». En la ciudad de Xin y Zhao, China Mobile ya ha inhabilitado unos 70.000 terminales, y pronto harán lo mismo las demás empresas. La medida responde al requisito introducido por el Ejecutivo de Pekín para 'limpiar' las comunicaciones. Los dirigentes del Partido Comunista dicen estar preocupados por el aumento del 'sexting' entre jóvenes y adolescentes. Para evitarlo, han redactado una lista de palabras clave con la intención de que las operadoras detecten los SMS ilegales y corten el servicio a los infractores. Sólo podrán recuperar su línea aquellos que acudan a la Policía para «verificar el contenido de los mensajes».
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