
El sonido del thrash metal estremeció las bases del Monumental desde el inicio mismo de cada recital, hacia las 21:15, cuando la muchedumbre comenzó a saltar enloquecida y a cantar los hits más famosos del grupo.
De la mano de la viola de Kirk Hammett, la batería de Ulrich, el bajo de Robert Trujillo y la voz rasposa de Hetfield, la liturgia metalera se apoderó de los miles de seguidores durante dos horas y 20 minutos a puro rock pesado, en la tercera visita de Metallica a la Argentina.
"Hola, Buenos Aires. ¿Están listos?", preguntó el vocalista tras finalizar el primer tema de la noche del jueves y recibió el grito desenfrenado y al unísono de quienes se acercaron al estadio para sacar a relucir su pasión.
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